Tejedor, Santiago (dir.); Pulido, Cristina; Hita, Elena; Robledo, Kelly (2023). La inteligencia artificial en el periodismo. Mapping de conceptos, casos y recomendaciones. Barcelona: Editorial UOC.
Este libro reflexiona sobre el impacto, las posibilidades y los desafíos que la inteligencia artificial (IA) introduce en el periodismo. A partir de una selección de listas, tablas, gráficos, informes, experiencias y noticias, el trabajo invita a cultivar una mirada siempre crítica hacia el rol de la tecnología en el periodismo y la comunicación.
Además, se ha elaborado una cartografía mundial –hasta el momento inexistente– de experiencias periodísticas que trabajan con esta tecnología. La obra presenta directorios de conceptos clave, enumera potencialidades, advierte de riesgos y amenazas, esboza perfiles y procesos, y sintetiza directorios de recursos y materiales de ayuda. Todo ello prologado por un texto del investigador y docente Ramón Salaverría. El objetivo no es más que explicar, contextualizar y divulgar qué es (y qué no es) la IA y cómo puede sumar en el quehacer periodístico. Un periodismo que cree, necesita y se edifica en torno a las historias contextualizadas y elocuentes.
Algo que solo saben hacer los humanos (por ahora).
Sobre el Director del libro
Santiago Tejedor
http://www.santiagotejedor.com
https://www.directorioexit.info/ficha5562
Esta obra ha sido dirigida y coordinada por Santiago Tejedor, docente, periodista y director del Departamento de Periodismo y de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).
Licenciado en Periodismo (Premio Extraordinario de final de Carrera) y máster en Comunicación y Educación por la UAB, es doctor en Periodismo y Ciencias de la Comunicación por la UAB (Premio Extraordinario de Doctorado) y doctor en Ingeniería de Proyectos por la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC).
Coordina el Gabinete de Comunicación y Educación de la UAB, grupo de investigación consolidado especializado en la convergencia entre lo comunicativo y lo educativo.
Es codirector del máster en Comunicación y Educación y del máster en Periodismo de Viajes, además de director del máster en Comunicación del Medioambiente de la UAB. Es el fundador del portal de viajes Tu Aventura (http://www.tuaventura.org) y coordinador general del proyecto de periodismo de viajes Expedición Tahina-Can (http://www.tahina-can.org).
Ha sido galardonado con el Premio Net Reporter en la categoría de Mejor Periodista Digital y con el Premio Tiramilles en la categoría de Mejor Reportaje de Viajes en soporte multimedia.
Posee el título honorífico Egregius Educator, otorgado por el Consejo Superior de Dirección de la Universidad de Ciencias Comerciales (UCC) de Managua (Nicaragua) y el reconocimiento como «visitante distinguido» de la Universidad Tecnológica de Honduras (UTH). Es profesor afiliado de la Universidad Autónoma de Nuevo León (Monterrey, México).
Prólogo
Ramón Salaverría
A las 6.25 de la mañana del lunes 17 de marzo de 2014, un temblor de magnitud 4,7 sacudió a los habitantes del distrito de Westwood, en Los Ángeles, California. Mientras algunos residentes apuraban el sueño y otros se aprestaban a iniciar su semana de trabajo, el suelo bailó bajo sus pies de forma más perceptible que de costumbre. También, por tanto, de manera más inquietante.
¿Qué habrías hecho en semejante circunstancia? Probablemente, lo mismo que hicieron los vecinos de Westwood: buscar al momento en internet qué había pasado, con el fin de enterarse de la magnitud y la proximidad del terremoto. Sin embargo, disponer de esa información al instante no era fácil. Por una parte, porque a las seis de la mañana los medios no suelen estar trabajando a toda máquina precisamente; a esas horas tempranas, las redacciones acostumbran a estar casi desiertas, apenas con un pequeño retén de guardia. Y, por otra parte, porque incluso con ese retén es muy difícil publicar una información al cabo de pocos segundos: el trabajo periodístico exige primero reunir los datos, después comprobarlos, luego darles forma y, finalmente, publicarlos. Ese proceso lleva su tiempo. Pero estas servidumbres del trabajo periodístico poco importaban a los sobresaltados ciudadanos de Westwood.
Ellos querían la información de inmediato. Había temblado la tierra bajo sus pies y deseaban saber qué había pasado. Ya.
Aquel día se produjo una novedad periodística. El principal diario de la ciudad, Los Angeles Times, había activado cierto tiempo atrás un nuevo artilugio para ocasiones como esa: se trataba de un programa capaz de escribir textos periodísticos de manera automática, basado en una de las primeras tecnologías de escritura mediante inteligencia artificial. El diario contaba, en fin, con un recurso capaz de generar textos las veinticuatro horas del día, siete días por semana. Y ese peculiar redactor recibió los datos del terremoto.
Tras registrar el temblor, el Sistema de Alerta Temprana de Sismos de California emitió, en efecto, una alerta que fue recibida por el robot del Times. De acuerdo con lo que estaba programado para hacer, produjo un texto corto, que resumía los datos esenciales del movimiento sísmico. Le puso un título informativo y lo publicó en la web en cuestión de segundos.
La avidez de información de los angelinos hizo el resto. Muchos se lanzaron a visitar la web de Los Angeles Times y encontraron, complacidos, que en efecto había una información de ultimísima hora con los datos esenciales del temblor: dónde, cuándo, con qué magnitud. Satisfecha la curiosidad, esos mismos ciudadanos comenzaron a compartir el enlace en sus redes sociales, de modo que, al cabo de unos minutos, la información del Times corrió como la pólvora hasta el último teléfono móvil y dispositivo digital de la ciudad. La súbita avalancha de visitas activó otro de los algoritmos de la web del diario, aquel que aúpa automáticamente a la posición más destacada de la portada aquella noticia que, en un momento dado, recibe un pico de visualizaciones. Este automatismo terminó de cerrar el círculo: una noticia que no había reportado nadie, ni escrito nadie, ni editado nadie, se acababa de convertir en la información que estaba leyendo toda la ciudad de Los Ángeles. Bingo.
Este ejemplo anticipa un nuevo escenario del periodismo, en el que periodistas y máquinas están llamados a colaborar en la producción de los contenidos informativos. En realidad, no solo la generación de textos, sino todas y cada una de las tareas editoriales (verificación, documentación, redacción, locución, diseño, edición, etc.) y comerciales (gestión de la publicidad, atención al cliente, seguimiento de suscriptores, etc.) en las que se subdivide el trabajo periodístico están llamadas a incorporar, en mayor o menor medida, las tecnologías de inteligencia artificial.
Se trata de una revolución que plantea tantas oportunidades como desafíos. Gracias a la transformación tecnológica, el periodismo puede agilizar muchos de sus procesos, liberar a los periodistas de engorrosas tareas mecánicas con escaso valor añadido y posibilitar un contenido más personalizado para cada usuario. Herramientas como las aplicaciones de traducción automática y simultánea, los recursos de transcripción de audio a texto, los sintetizadores de voz o los sistemas de gestión personalizada de contenidos son apenas algunas de las áreas donde la inteligencia artificial ya ha comenzado a abrirse paso en los medios.
Sin embargo, esas mismas herramientas plantean desafíos no menos importantes. Por ejemplo, múltiples formas de invasión en nuestra privacidad y de manipulación de nuestra atención, o aplicaciones difícilmente detectables que permiten crear o falsear sintéticamente vídeos y audios, dando lugar a eso que hemos dado en denominar deep fakes. Desde el punto de vista laboral, muchos periodistas ven en las tecnologías de inteligencia artificial una amenaza que les viene a robar el pan. «Si un robot es capaz de escribir noticias en pirámide invertida, ¿qué futuro tenemos?», se preguntan. Quizá ese futuro de los periodistas se encuentre precisamente en usar las nuevas tecnologías con creatividad, para producir informaciones distintas de las aburridas pirámides invertidas. De hecho, ese es uno de los muchos asuntos sobre los que el lector podrá reflexionar gracias a la lectura de este libro.
La inteligencia artificial en el periodismo. Mapping de conceptos, casos y recomendaciones ofrece una visión estructurada y bien documentada sobre la revolución tecnológica que vive el periodismo. El libro repasa con claridad las herramientas emergentes y sus aplicaciones a distintas esferas del trabajo periodístico. Ofrece asimismo un interesante recorrido por algunas de las experiencias de adopción de la inteligencia artificial en medios no solo de gran tamaño, sino también en publicaciones más modestas y de proximidad. El libro ofrece, en fin, una visión afinada, que huye tanto de la nostalgia apocalíptica del pasado, como de esos otros discursos integrados que solo cantan las bondades de lo que vendrá, sin reparar en los serios problemas e incógnitas que asimismo se adivinan.
Esta obra, dirigida por Santiago Tejedor, recoge la investigación ganadora de la XI edición de los Premis Premsa Comarcal, organizados por la Associació Catalana de la Premsa Comarcal (ACPC) y la Red Vives de Universidades. Se trata de un libro que permite anticiparse al futuro gracias a una panorámica detallada de lo que hoy existe y de lo que se prepara para mañana. Una guía útil para medios y periodistas en ejercicio, que necesitan entender cómo está cambiando su profesión. También para los futuros comunicadores que hoy se forman en las facultades y que, lejos de repetir los mismos caminos que sus predecesores en la profesión, están llamados a descubrir y recorrer nuevos caminos.
La transformación tecnológica siempre ha sido clave en la evolución del periodismo. Tanto, al menos, como lo ha sido el factor humano. Este interesante libro nos invita a pensar que así seguirá siendo.
Ramón Salaverría
Catedrático de Comunicación
Universidad de Navarra
https://www.directorioexit.info/ficha1882