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Fallar una vez, o incluso varias veces, no te convierte en un fracasado, así como perder un juego no te convierte en un perdedor. Que te rechacen un artículo o un proyecto, o no te elijan, puede ser una bendición o una maldición. Puede ser una gran lección maestra, hacerte más fuerte y mantenerte con los pies en la tierra, o puede ser la causa de una depresión grande o pequeña si no controlas la situación.
La diferencia entre un trampolín y un obstáculo es la forma en que lo abordas. ¿Tú cómo reaccionas?
Sé realista
Si te exiges la perfección y vencer siempre, te estás preparando para la decepción.
No te tomes el fracaso como algo personal
Cometer un error no te convierte en un fracasado. Es simplemente un recordatorio de que eres humano.
Los evaluadores también son humanos
Los revisores o jurados pueden cometer errores o simplemente tener puntos de vista, criterios u opiniones distintos de los tuyos. En todo examen o evaluación hay un porcentaje de suerte: un día te puede favorecer y otro perjudicar, hay que aceptarlo.
Acepta la responsabilidad
Nunca se gana nada positivo buscando chivos expiatorios, imaginando enchufes ajenos o supuestos odios contra ti o contra la línea de tus trabajos. Sé valiente y acepta la responsabilidad de tu fracaso, no has sabido acertar con la propuesta adecuada en el sitio adecuado.
Se amable contigo mismo
No te desprecies por fracasar. Seguro que tú no le hablarías a los demás de forma desagradable, así que tampoco hables mal de ti mismo. Date un respiro.
Vuelve a subirte al caballo
No te hundas en la autocompasión. Obsesionarte con el fracaso no mejorará las cosas. No puedes cambiar el pasado, pero sí puedes afectar el futuro.
Aprende de tus errores
Tómate tiempo para reflexionar sobre la experiencia, aprender de tus errores y adaptarte en consecuencia. Analiza las opiniones de los evaluadores que, con toda seguridad, te las han dado de buena fe, altruísticamente y sin conocerte (si la revisión ha sido doble-anónima). Al recibirlas te han chocado y te has enfadado, pero recapacita en frío: seguro que te dan buenas pistas para mejorar el artículo. Si ellos no han entendido algo, probablemente es que lo expusiste mal.
No abandones
Muchas personas fracasan antes de alcanzar el éxito; la diferencia es que las personas exitosas nunca dejan de intentarlo.
Como dijo Douglas MacArthur: “La edad arruga el cuerpo. Renunciar arruga el alma”.
Fuente: Texto basado en el artículo de Frank Sonnenberg “How do you react to failure?”
https://www.franksonnenbergonline.com/posters/how-do-you-react-to-failure
